Éste es un hotel "asequible" para visitar esta ciudad. Las habitaciones difieren bastante unas de otras (las hay con baño, sin él, más o menos espaciosas...), de hecho en el propio hotel hay carteles que te ofrecen hacer un "update" a una habitación mejor por 7 euros... La habitación que reservamos estaba bastante bien; espaciosa, cómoda (aunque los colchones eran bastante blandos) y con un baño pequeño pero suficiente. Curioso que aunque entraban a limpiar la habitación, a nosotros no nos hicieron la cama...
Se incluye un desayuno buffet que aunque no es muy variado, tiene suficiente variedad de dulces, salados, embutido, fruta...aunque curiosamente de nuevo no había tostadora...
Si por una casualidad pudierais elegir la zona de la habitación, os recomiendo que os den una que de al patio interior. La razón es que las que dan al exterior dan a la avenida principal y vais a escuchar el ruido del tráfico desde muy temprano...esto, unido a que en verano amanece a las 5 y pico de la mañana, y que las cortinas apenas filtran la luz, puede resultar molesto. Además, el patio interior es grande (de hecho es el aparcamiento) y por la noche no se oye nada. Además desde esta zona se puede ver parte del skyline de Tallin.
Otra cosa:no hay aire acondicionado (al menos no en nuestra habitación), algo a tener en cuenta si viajáis en verano (aunque no es una ciudad muy calurosa, eso sí).
Del hotel al precioso casco antiguo hay unos 10-15 min de bonito paseo.