La encargada del hotel estaba esperándonos en la puerta y nos llamó por nuestro nombre, nos proveyó de un mapa, nos aconsejó que visitar, cómo movernos, dónde comprar. Al ser un hotel de sólo 12 habitaciones, la atención es super personalizada, siempre atentos a nuestros pedidos y necesidades.
La habitación ultra silenciosa y la ubicación cerca de la plaza de Taksim,donde hay de todo! Y a todas horas! Llovió y pasaba alguien vendiendo paraguas a 10 liras (unos 3 euros), salía el sol y alguien pasaba vendiendo gafas y sombreros. Hay vendedores de flores, de castañas, puestos de donas turcas (shawarma), etc.etc.etc. Volvería sin dudar a este hotel!