es un hotel con detalles un poco raros, pero si se conoce la historia, se comprenden mejor. Era un antiguo hostal para cazadores y allí se reunían para salir hacia las zonas de caza. Opino que es un poco caro, pero hay que tener en cuenta que es muy céntrico, junto a Viktualienmarkt y muy cerca de Marienplatz, pero en zona muy tranquila, no hay ruidos.Tamaño de la habitación: bien, muy limpia, colchones nuevos, varios tipos de cojines.Calefacción agradable y confortable(a pesar del intenso frío exterior). Baño nuevo;ducha con mampara bastante amplia, sin escalón (a nivel de suelo), suelo rugoso para no resbalar.
El desayuno va incluido en el precio de la habitación y es un bufet abundante, variado y muy apetitoso.