El Hotel fue una grata sorpresa, pues la atención de su personal es en general muy bueno, todos dispuestos a atenderte bien. Desde el cuidador de autos, botones, recepcionistas y personal de servicio. Tienen además una buena carta para cenar en el hotel, a precios muy accesibles, similares a los de los restaurantes de la zona. Para el desayuno, la variedad disponible de alimentos es bastante amplia, A pasos del Hotel está el restaurante Moche, con comida Trujillana, excelente. A pocas cuadras del hotel (las recepcionistas te indican como llegar) están también los restaurantes Punto Azul y Tanta, ambos hay que visitarlos; tiene excelente comida y a precios muy razonables.
Si bien el hotel está en el límite de Miraflores, dispone de taxis a la puerta que te llevan a donde requieres a valores ligeramente sobre los que buscas en la calle, pero con la seguridad de autos que trabajan con el hotel. En todo caso, los taxis son baratos en Lima, por lo que la diferencia no se hace notar. Respecto a Lima, una hermosa ciudad, llena de historia y sitios por recorrer (5 días se nos hicieron pocos) y solo hay que armarse de paciencia por el tráfico. Lugares que no hay que dejar de recorrer: El Paseo de las Aguas, Pachacamac, Museo del Oro, Museo Larco y Costa Verde