El hotel es sin duda atractivo, de diseño muy cuidado en todos sus detalles con una zona de parque excepcional con vistas al fiordo. La habitación es pequeña pero aceptable. Desafortunadamente, la recepción 24h no existe, al menos durante nuestra estancia. LLegamos algo después de las 22 h, se nos hizo tarde y al llegar el hotel estaba cerrado, gracias a algunos clientes, había muy pocos en el hotel, que en ese momento estaban dentro nos abrieron y después de no saber bien que hacer nos dimos cuenta que nos habían dejado la llave en el mostrador. Estuvimos en un tris de quedarnos al raso. En su disculpa está en que no avisamos de que llegariamos tarde. Pero al dia siguiente ya nos dijeron que la recepción estária también cerrada por lo que la sensación de aislamiento y soledad fue total, para colmo no hubo servicio de habitaciones, por lo que las camas se quedaron sin hacer para la segunda noche que estábamos en el hotel. El dia en que nos ibamos aparecieron para arreglar la habitación, incluso antes de hacer el check out, realmente extraño.