Estupenda estancia en Londres.
Ubicación perfecta, a 5 minutos del metro más cercano y a 8 del siguiente. A 2 minutos de zona con restauración, cambio de moneda y tiendas de souvenirs a buenos precios.
La habitación y el baño son pequeños, pero están perfectamente limpios y son ideales para un viaje en el que el hotel es para dormir y no tiene los precios desmadrados de Londres. Cama comodísima, hay secador, ventilador y jabones para el baño. Temperatura de la habitación ideal.
Desayuno generoso: café, té, tostadas, cereales, bollitos, mantequilla, confituras, 2 tipos de embutidos y quesos, huevos cocidos, manzanas, bananas, yogures, perfecto para aguantar luego todo el día.
Muy amable y acogedora la recepcionista (zamorana) y las camareras (que también hablaban español).