Las personas que prestan servicio en el hotel son súper atentas y agradables. Las zonas comunes están muy cuidadas y pensadas con mimo para la armonía y descanso. Por contra, para el precio que se paga, la cama de la habitación es pequeña (nos alojamos en una superior), pero el mayor defecto, por supuesto, el baño... se sale agua de la ducha que acaba mojando el suelo de la habitación, además del ruido que hace hasta la propia taza del wc cuando te sientas porque se mueve, el exterior al ser de contrachapado, se está pudriendo por la humedad... La insonorización no es muy buena, lo salva que el público que se aloja es respetuoso, pero se oye hasta el timbre de la puerta desde la habitación, la cosa buena que tiene, es que te despierta el cantar de los pájaros por la mañana, que es muy agradable. Son deficiencias importantes dado el precio de la estancia, no esperas algo así cuando una noche supera los 150€. El desayuno correcto, te sirven en mesa, todo casero y lo mejor: el restaurante: la comida de 10 y el ambiente muy acogedor, para repetir en éste aspecto.