La falta de ruido y la absoluta tranquilidad para el descanso COMPENSAN la pequeñez de la habitación, un ascensor (parece un montacargas) claustrofóbico, checking a partir de las 16:00, EL FEO GESTO del último día no hacer la cama, falta de potencia de agua en duchas.
ESO SI, el despertar con el canto de pájaros en lugar de sirenas de policía u otros, SIN DUDA LO MEJOR.
También destacar el trato del personal de recepción, que fue excelente.