Nos dieron una habitación para minusválidos cuando no la pedimos. El problema de este tipo de habitaciones, aparte de estar justo al lado de la recepción, es que la bañera, evidentemente, no tiene ningún tipo de contorno para que se pueda acceder a la misma con silla de ruedas, y cada vez que te duchabas el baño literalmente se inundaba, provocando una situación realmente incómoda. El resto de la habitación correcta, pero excesivamente reducida.
Por otro lado, sólo había una persona para atender tanto la recepción como el comedor, por lo que el desayuno se convirtió en una experiencia bastante caótica cuando coincidimos varios huéspedes a la vez.