Pésimo hotel, sabíamos que no era de cinco estrellas, pero hay cosas que exceden los límites de la tolerancia aun para un dos estrellas. Empezando por la puerta que no abría, tuvo que ir el encargado de mala gana a abrir ya que abría al revés. Posteriormente y por temas de pandemia las toallas se piden en la oficina, eso no fue lo malo, lo malo fue que nos dieron unas toallas más viejas y desgastadas que si tuvieran 20 años, ademas tenían manchas marrones, pedi shampoo y me dijeron que solo daban jabón. Ya a la hora de bañarse había una jeringa usada en la regadera y no salía agua caliente, al ir a oficina, resultó que al igual que la puerta se abría al revés y ataba barrida por lo que o salía demasiado fría o demasiado caliente.