Los cuartos están amplios solo las camas están muy viejas, en Expedia mostraban unas fotografías con camas tendidas con edredones color naranja, solo estaban con sábanas, las señoras que se encargan de la limpieza súper amables y serviciales, el hotel está muy céntrico del museo y Lago Shasta, hay muchos restaurantes alrededor de el, afuera hay una gasolinera donde hay variedad de cosas para comer. Me dieron primero un cuarto que olía a cigarro pero el joven de front desk muy amable me hizo el cambio, al llegar me pregunto donde prefería hospedarme? El personal amables y serviciales, le falta un poco de mantenimiento al edificio. En general estuvo bien.