La ubicación es excelente, al lado de la Plaza de Comercio. Es un hotel muy pequeño, restaurado y los recepcionistas son muy amables. Las habitaciones están bien, aunque la cama era muy pequeña y con unas almohadas muy malas. El baño está bastante bien, pero la ducha no se puede mover, lo que es muy incómodo para las que no queremos mojarnos el pelo. Nos dieron una habitación en el primer piso, y la ventana daba hacia atrás, por lo que no entraba la luz, ni te enterabas si llovía o hacía sol y encima se oía el ruido de la calle. Supongo que los pisos altos y con ventanas a la calle son mejores. En general el hotel está bien pero considerándolo como un 3 estrellas: no es un 4 estrellas. El desayuno es caro y básico, no merece la pena. Hay en la misma calle dos pastelerías donde desayunas muy bien por 3 ó 4 euros. No tiene parking y aunque hay uno al lado, es muy caro. Pero está muy cerca el del Mercado de la Ribeira que está muy bien y cuesta 12,50euros al día.