Es un hotel que está lejísimos del centro, prácticamente en el campo, a 20 minutos en taxi. Tan lejos, que algunos taxistas no conocían el lugar. El servicio que proporciona el hotel es deficiente, sin servicio de recepción varias horas del día, no cogen el teléfono y cada vez que teníamos una urgencia no había nadie para ayudarnos. El desayuno es lo mejor, pero lo tomas en la cocina, de modo que están fregando los platos y cortando la carne justo enfrente de ti. No es un hotel para invierno, se pasa bastante frío, eso sí, tiene su aquél para los amantes de las casas esas con encanto en plan rústico. Ah! Nuestro cuarto de baño estaba separado por unos cristales del resto de la habitación, con puerta sin pestillo totalmente transparente en sus 40 cm finales, de modo que se pye y ve bastante de lo que pasa por ahí. Yo, desde luego, no volveré. Y Expedia debería avisar lo mal ubicado que está esto.