Las cabañas se encuentran sobre la ruta costera que lleva a Boca Paila, pero del lado opuesto a la playa. La cabaña que "nos tocó en suerte" era de troncos y estaba en muy mal estado. Constaba de una habitación en planta baja que como único mobiliario tenía un futón con restos de arena de la playa, es decir, ni mesa ni sillas. También en en la planta baja estaba el baño, con piso de madera, salvó el área de ducha cuyo piso es de cemento, todo resquebrajado. Subiendo una escalera se encuentra el dormitorio, en el que como único mobiliario solo hay una cama con mosquitero, cuyo colchón se hundía en el medio. Resumen: la cabaña estaba sucia, sin un mueble dónde apoyar las maletas, sin vidrios en las ventanas -solo mosquiteros- y a unos pocos metros de un charco con agua podrida, que ademas de emitir un olor inmundo es un excelente criadero de mosquitos.
Cuando nos quejamos a la encargada sobre todas estas carencias, todo lo que atino a decir fue: "A muchos huéspedes les gustó la cabaña, pero a ustedes no", no reconociendo absolutamente nada. Por otra parte, pudimos conocer otra cabaña, que era mucho mejor que la nuestra y tenía una tarifa más baja Muy mala experiencia en un lugar encantador.