Habitación muy pequeña, casi sin sitio para las maletas. Cama de armazón metálico muy ruidosa, colchón incomodísimo. Baño del tamaño de un armario empotrado (lo que probablemente fue en otro tiempo). Mil escaleras en edificio viejo, que no antiguo, con moqueta indecente. Limpieza mejorable. Desayuno completo, pero de pésima calidad.
En la parte positiva, situación céntrica (entre 20 y 30 minutos andando al castillo) y personal amable.
No es tan barato para justificar la poca calidad.