El hotel esta en pleno centro de Praga, en una calle peatonal y muy muy ruidosa, no tiene aire acondicionado y con la ola de calor imposible dormnir con las ventanas abiertas, aunque esto puede ser puntual por el calor. Es un edifico antiguo, la recepción y la entrada es mejorable, la habitación es pequeña pero esta bien, el baño nuevo.
No hay recepción 24 horas, llegas y tienes que llamar aun telefono que hay en la puerta para que te den las llaves, radan 10 minutos en llegar, tienen o tro hotel cerca que si tiene recepcion y es donde te dan el desayuno, es un desatuno buffet bastanbte bueno pero hay que ir al otro hotel.
Habitación muy limpia
Personal agradable y servicial