Buena estancia si no fuera por:
El ventilador hace más ruido que un pistolete, el colchón lo convalidan como cama elástica, la almohada tiene el grosor de una radiografía, los fines de semana hay una discoteca al aire libre a pocos metros por lo que entre la música y el led del antiincendios, que hace de flash, tienes la discoteca en la habitación, solo faltan unos cubatitas en el minibar, la limpieza deja que desear y por último hablar del wifi, haberlo lo hay, cuando lo hay, es más lento que el caballo cojo del malo de las películas del oeste (inservible) lo mejor es que está cerca de la parada de tranvía.