Los trabajadores son muy simpáticos y agradables, se defienden en varios idiomas y no hay mucho problema para entenderse con ellos. El hotel está bien, es chiquitito y no tiene grandes alardes, pero si tu idea es llevarte todo el día visitando lugares y sólo parar para descansar, es perfecto. Además, y esto es lo mejor, está muy cerca de una parada de metro, por lo que moverte por la ciudad o irte a otros lugares como Versalles es fácil.