Estuvimos en el balneario en nuestro paso por el camino de Santiago, 100% recomendable para disfrutar de la paz de la naturaleza.
Ubicado en un entorno insuperable, y con un restaurante de buena calidad.
No obstante, la zona del spa está bastante obsoleta y la mitad de los chorros no funcionaban correctamente, es una lástima, al igual que no cuente con piscina exterior.
En cuanto al desayuno, como tuvimos que salir temprano, nos ofrecieron un picnic que consistía en un sándwich, un zumo y unas mini palmeritas.