No soy muy dado a escribir reseñas de los hoteles que visito. Pero vale la pena hacer una excepción con la Casa Chikita, de Uruapan, Michoacán.
Informo que la escogí porque es el único hotel en esa ciudad que acepta mascotas. Mi esposa, hija y dos amigas, viajamos acompañados por nuestros perritos Alux y Nikté. Se la pasaron muy bien: jugaron e hicieron sus cosas en el precioso jardín sin tener ninguna presión. Convivieron con dos gatitos residentes, con los refunfuños entre los huéspedes y los anfitriones. Pero no hubo ninguna bronca.
Además, el hotel me apantalló por la amabilidad de la gente, su limpieza y circunscripción: a tres cuadras de la plaza principal y a otras tres en dirección contraria del Parque Barranca del Cupatitzio. Un coto con fuentes a granel, flores y vegetación abundante y verde, a pesar de estar al comienzo del invierno.
Me encantó y, si algún día regreso a Uruapan, la bella, me hospedaré de nuevo en la Casa Chikita.