Estuvimos una sola noche , pero nos hubiéramos quedado para siempre.!
El entorno de naturaleza es de una paz absoluta que te va envolviendo.
La armonía del edificio , la habitacion , la piscina , el jardin La Rosaleda, las fuentes ..incrementan todavía más tu sensación de tranquilidad.
La calidad del restaurante y sobre todo el trato del personal, que hace lo imposible para que te sientas como en casa hace que lugar te atrape y no quieras marcharte.
Un 10