La habitación era amplia y bien distribuida, pero algo que no me esperaba, es que no dieran el servicio diario de limpieza a la habitación, solamente cambiaban toallas y se llevaban basura, pero no hacían la cama, no cambiaban sábanas, y no hacían limpieza en general, uno tenía que tender la cama.
Otra cosa decepcionante es que empezó a llegar olor a marihuana, y al parecer alguien de la habitación de a lado estaba fumando, situación que no es permitida en el hotel, y nos dijeron que no podían hacer nada al respecto, y no nos podían cambiar a otra habitación, con cama King size, porque estaban llenos.
El desayuno muy pobre, y los únicos días con desayuno “caliente”, martes, miércoles y jueves, el desayuno estaba “frío”.