El hotel está fenomenal. Habitaciones muy amplias y limpias, con una terracita, en un entorno de naturaleza. Muy apropiado para visitar el parque de Yosemite. El desayuno estaba bastante bien, con bollería calentita, yogures y algo de fruta (y zumom y cafe/te, claro). Los sábados en verano hacne como una fiestecilla, con música en directo, pero nosotros llegamos tarde y ya habían acabado. Muy recomendable.