El hotel es fantástico, el personal muy atento y servicial. El único problema que tuvimos y que es ajeno al hotel, es que tuvimos la mala suerte de que en la habitación de al lado se hospedara una familia con dos hijos que no respetaron nada el tipo de alojamiento que es, hablaban en voz muy alta, gritaban y no tuvieron consideración ninguna, tanto en las habitaciones como en las zonas comunes, sobre todo en la piscina. Es una pena porque rompieron la armonía del lugar. Se lo comentamos al gerente y nos ofreció una noche gratuita para que comprobásemos la verdadera esencia del lugar, un detalle por su parte.
Por lo demás, en el restaurante se come muy bien, el lugar es muy tranquilo e ideal para descansar (siempre que no os pase lo que a mi), lo recomiendo totalmente.