Hotel extremadamente limpio, perfectamente ubicado en el centro del pueblo, habitación cómoda, sabanas y toallas de altísima calidad, desayuno de calidad con productos locales y mermeladas caseras.
Nos gustó tanto en el viaje de ida que repetimos hotel a la vuelta.
Es una zona muy tranquila para descansar y se puede aparcar gratuitamente (si queda sitio) o en la calle con parquímetro.
El hotel dispone de dos restaurantes (uno ofrece comida local, donde cenamos muy bien y a precios ajustados, y otro mejicana) con terraza muy agradable.