Es un hotel pequeño, de ambiente familiar, localizado muy cerca de la zona turística de Hoi An. El personal es muy atento y servicial, siempre deseoso de ayudar. Cuenta con una piscina rodeada de vegetación. El servicio de desayuno es bueno y variado. Las habitaciones del primer piso no son muy ventiladas y huelen a humedad. El segundo piso es mucho mejor. Cuenta con servicio de bicicletas gratuito, lo cual es de mucha utilidad. Para visitar la zona turística, hay que caminar de 10 a 15 minutos, pasando por un mercado local, que n el día es muy pintoresco, pero en la noche, el un poco asustador.