Su ubicación en frente del Bryan Park es perfecta, sumamente cercano a Times Square, cafés, restaurantes y a las estaciones de metro. Además cuenta con amenidades como una encantadora terraza, un gimnasio bien equipado, facilidades de lavandería, agua, hielo y otras cosas que te hacen más agradable la estancia. Sin embargo, lo que realmente sobresale es la atención del personal de recepción, en particular la dedicación excepcional de Arlette. Su amabilidad y disposición hicieron que nuestra estancia fuera aún más especial. Definitivamente, esta experiencia nos dejó con una impresión muy positiva del hotel, de la zona y de New York. Esta es una opción definitiva para regresar!!!