El hotel tiene una ubicación excepcional. Caminas prácticamente a cualquier punto turístico en menos de 20 minutos. El hotel está dentro de un edificio que alberga también oficinas y la recepción está en el 3er piso, lo cual hace muy complicado llegar con maletas si tomamos en cuenta el mini-elevador que tiene (seguramente de la época del emperador Augusto), al cual le puede tomar minutos atender al llamado y subir al 3er piso... La habitación que me tocó era muy espaciosa, pero poco funcional. Una familia de 5 para un baño, pues había que tomarse mucho tiempo, lo cuál es una lástima cuando el baño tiene cerca de 15m2. Considero que se podría vestibular fácilmente para que 3 personas al mismo tiempo (una en la regadera, otra en el labavo y otra más en el excusado) pudieran hacer uso al mismo tiempo. El piso de la habitación (sí, el suelo) vibra con los pasos de un adulto. No es nada moderno (no es queja), así que te dan un paquete de llaves metálicas (4 ó 5) que hay que cargar a todos lados para que puedas tener acceso a tu cuarto a cualquier hora. No está mal el hotel, pero creo que hay mucho espacio para mejoras. Eso sí, la ubicación vale todo.