No nos dimos cuenta de que era un B&B hasta que llegamos, pero la experiencia buenísima. Al principio impacta llegar al portal porque es un portón antiguo y parece un callejón, pero con Paolo, su mujer Manuela y con Serena todo cambia. Una atención muy cuidada incluso antes de llegar (nos informaron sobre el párquing más cercano, la ztl, se adaptaron a nuestra hora de llegada..) Una vez nos recibieron, al no haber ascensor, nos ayudaron con las maletas y ya traían un mapa de Tívoli para que nos orientáramos en nuestra visita y algún que otro consejo. La habitación como la pedimos (con cama de matrimonio, aunque nos dieron la opción de cambiar al llegar), limpia y conjuntado, con el baño privado muy limpio y con buena iluminación, con nevera en la habitación por si quieres llevar algo y la verdad es que todo muy bien. Está a 8 minutos andando de Villa d'Este (absolutamente recomendable ir). Y no olvidar el desayuno (con variedad y muy casero) también muy agradable con Serena, que fue muy simpática y atenta. Sin duda repetiríamos y lo recomendamos