El apartamento estaba muy cuidado, todo muy bien mantenido, muy limpio, daba gusto estar en él; además, céntrico y casi sin cuesta para llegar, ideal para recorrer la ciudad sin tener que usar transporte público. Sólo le pongo un problema, y es el de los ruidos: teníamos la lado la lavandería, y la lavadora y la secadora estuvieron sonando hasta pasadas las 10 de la noche, un ruido muy fuerte, que además volvió a empezar antes de las 8 de la mañana, y al finalizar los lavados hacía un pitido continuo hasta que alguien fue a abrirla; por si esto fuera poco, la peor parte vino del piso de arriba, pues las pisadas descalzas del inquilino del apartamento superior se oían como si le tuviéramos dentro, retumbaba toda la habitación y te despertaba en cuanto él empezaba a andar, siendo muy desagradable el resto del día. La insonorización hacia la calle era buena y apenas había ruidos, pero la peor parte estaba en el interior; muy ruidoso o muy mal aislado, una de las dos.