Es un establecimiento de tres estrellas según un estándar de calidad europeo. Un desayuno más que correcto, con buen café, tiernos cruasanes de los de verdad, fruta, zumo de naranja natural y otras cosillas que siempre esperas encontrar en un hotel a partir de esta clase, al igual que la buena atención de los camareros. Por otra parte, las vistas al paseo marítimo hacen que el desayuno sea especialmente agradable. Las habitaciones están muy limpias y el personal es muy atento. La ubicación es fantástica: en el centro del bonito paseo marítimo de Ribadesella, a dos pasos de su fantástica playa. Por poner algún que otro pero (digamos, para equilibrar), primero, el aparcamiento en el hotel costaba nueve euros al día (no era gratuito, algo que sí ocurre con otros establecimientos de categoría similar justo al lado, que conocemos bien); y segundo, nos sorprendió una despedida del hotel bastante fría, sin que se nos preguntase nada acerca de nuestra estancia y limitándose a cobrar sin una sonrisa (en fin, todos podemos tener un día regular...). En cualquier caso, es una de las mejores opciones para pasar unos días en régimen de hotel en Ribadesella.