La estancia ha sido cómoda,
La habitación amplia, no hay nevera, no había jabón de manos, en su lugar champú,no hay ascensor, subimos 2 pisos. El restaurante deja mucho que desear, falta de despensa, los desayunos con larga espera para una tostada, unos huevos...La terraza llena de avispas durante el desayuno, tuvimos que cambiar de mesa, pedir que retiraran los embutidos, los demás huéspedes hicieron lo mismo, una plaga. El restaurante no tiene una buena calidad precio, pedimos unos roll sándwich muy básicos, nada ricos y caros 12 euros. Agua embotellada por ellos en sus botellas con su marca, pero sin precinto en el cierre. La segunda mañana no pudimos terminar de desayunar, también habían avispas dentro y moscas.
En las habitaciones no hay mosquiteros, así que se nos ocurrió abrir las ventanas y acabamos matando moscas.