El hotel tiene una ubicación fantástica, frente al cerro Santa Lucía, a escasas cuadras de la plaza de Armas, y a 15 minutos a pie del Funicular del Cerro San Cristóbal. El personal del hotel fue muy servicial, atento en todo momento. La habitación fue sorprendentemente amplia, con dos ambientes, una cama amplia. La edificación y los muebles son correspondientes a un edificio relativamente antiguo, y eso en parte le añade un aspecto incluso más interesante. Particularmente, volvería a hospedarme en el hotel en una próxima visita a Santiago