La experiencia fué buena. La atención es la adecuada al servicio ofrecido. Se destaca la gentileza y paciencia de Joanna (espero haber escrito bien tu nombre!). El hotel/hostel se ubica sobre una ladera, como la mayoría de los establecimientos que hay en los alrededores. A mitad de camino entre Quepos y Manuel Antonio, y el bus local te deja en la entrada. Un poco incómodo para mi gusto en cuanto a la lejanía de la cocina con respecto a la ubicación de las habitaciones, las cuales se encuentran dispersas en un área enorme, unidas por escaleras y pasillos. La cocina compartida puede llegar a resultar pequeña si excede de diez personas dispuestas a cenar al mismo tiempo y le faltan algunos utensilios, una pena ese detalle. Las habitaciones compartidas tienen aire acondicionado y ventilador, con camas nuevas, velador, compartimento para guardar valores y tomas varias para cargar Notebooks o celulares. El baño tiene agua caliente y si cantas al bañarte, todos se enteran de tus gustos. Al hotel/hostel le falta un poco de mantenimiento pero no dejaría de volver, es una muy buena opción para un sitio maravilloso como es Manuel Antonio.