No es el hotel más bonito, pero cumple con lo mínimo indispensable. La atención del personal es muy buena, lo que rescata la calificación.
La habitación es muy sencilla, tiene ventilador y aire acondicionado que funcionan bien, pero las camas estuvieron para morirse, deformes y sin soporte.
Pero lo que afectó mi estancia es que en los pisos superiores, se escuchan las palomas y los gatos a todas horas danzando en el techo. En la madrugada es complicado.
La piscina estuvo bien, todo alrededor de ella, está en "buenas condiciones".
El restaurante no es el mejor, pero 7.5 de 10 lo calificaría.
El dicho: Más vale malo conocido, que bueno por conocer... Aplicaría si paso por aquí en el futuro.