La propiedad es hermosa, es un lugar histórico y arquitectónicamente divino, pero en cuanto a las habitación, las percibí antigüas, tuvimos problemas de fugas de agua, la televisión me pareció pequeña, la cama cómoda. El restaurante: de muy bajo nivel, parece improvisado, encontré un pedazo de plástico en mi sopa, la comida mala, el servicio mediocre. El museo del tequila, pienso que es una farsa, tendrían que montarlo más formalmente. El desayuno buffet malo y caro. No es un hotel barato, sinceramente me decepcionó, vale la pena conocer el lugar, por el lugar en si, pero como hotel deja MUCHO que desear. La tiendita de recepción exageradamente cara. No regresaría, tristemente.