Estuve dos días por recomendación y fue una decepcion pues el edificio está en obras, polvo y escombros hasta llegar al tercer piso pero lo peor es que al ir a descansar después de comer a la habitación los obreros estaban trabajando con el taladro al lado de nuestra habitación con lo cual el descanso era imposible. La decoración muy bonita, y muy céntrico, pero están mal insonorizadas las habitaciones, se oye cualquier ruido, puertas y ventanas no llegan a cerrarse bieny entra la luz. Tienen un detalle de poner en la cocina bollería, fruta, cafés para desayunar.