El hotel está reformado al completo desde Abril de 2018, con un diseño muy moderno y bonito. Nuestra habitación tenía balcón y lo aprovechamos todos los días. La ubicación del hotel es perfecta para desconectar y respirar aire puro, rodeado de naturaleza, todo verde y con vistas al Eiger. El desayuno buffet muy completo: dulces, embutidos, fruta, huevos, cafés, zumos, panes... y el salón con cristaleras a unas vistas espectaculares.
Hay wifi en todo el hotel y funciona muy bien.
Tiene un parking al aire libre para clientes. Si volvemos a esa zona de Suiza, repetiríamos hotel.