Es un hotel pequeño parece hecho a partir de una casa remodelada con muy buen gusto, bastante nuevo, desayuno muy bueno, atención cordial, habitación confortable, sólo escasa de placard, era muy pequeño, habitación grande, al exterior, cama confortable, baño cómodo y limpio. el desayuno se sirve en la terraza con vista a la Acrópolis, muy bueno. También se puede cenar con un menú muy simple.
Ubicación muy buena, cerca de calle Ermou peatonal. No molestó una iglesia cercana que hace sonar sus campanas, la aislación de la habitación es buena.