Estuvimos una semana en dos habitaciones diferentes. La casa de huéspedes es totalmente nueva y se notan las ganas de atender bien del personal. La configuración de las habitaciones es un tanto extraña, los armarios roperos en nuestras dos habitaciones estorbaban a la hora de entrar en la cama y no era porque la habitación es pequeña. Hay bastante ruido en las habitaciones que dan al Lungotevere, una especie de ronda con mucho tráfico. Las lámparas LED que han escogido tienen retorno, es decir, brillan en la oscuridad, lo cual, junto con el ruido exterior, puede ser algo molesto para los que como yo prefieren dormir a oscuras y en silencio. A pesar de esto, recomiendo el lugar por estar al lado del centro pero casi carecer completamente de turistas. El barrio de I Prati tiene un encanto especial y está bien comunicado con el resto de Roma. Especial mención a Laura, quien nos atendió perfectamente durante nuestra estancia.